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1ero de Mayo que exige un nuevo rumbo.

Sin dudarlo el Pit-Cnt es una de las figuras de mayor legitimidad en el país, participa del debate mediático, y posee aún, gran poder de negociación. Es cierto también, que viene perdiendo legitimidad de forma progresiva desde hace ya muchos años. En este artículo hacemos un análisis del proceso de metamorfosis que sufrió el sindicalismo uruguayo, de donde viene y cómo se vislumbra el futuro. 


Repaso

La clase obrera anterior a la caída de la unión soviética, pero también anteriores a las dictaduras militares instauradas por Estados Unidos en nuestro continente. Aquella más anarquista que comunista, reivindicaba un cambio global, radical, en nuestra forma de vida, de relacionarnos y de trabajar la tierra.
Por ejemplo, aquel sindicalismo cuestionaba el modelo de educación bancaría, que es el mismo que seguimos teniendo hoy en Uruguay en la mayoría de países de Latinoamérica. Porque es un modelo que le hace mal a los botijas, les enseña a competir, los disciplina, limita su potencialidad de aprender y ser creativos. Y esto está estudiadísimo por la academia de la psicología y la pedagogía. Aún así, por causa de una fuerza mayor, el sistema educativo sigue sin cambiar, a pesar de los constantes reclamos de docentes. Y las reinvindicaciones de los trabajadores de la educación hoy, son para que las cosas no esten peor de lo que ya están, porque cambiar al modelo educativo parece ser una causa perdida, y por lo menos se está luchando para que el nuevo gobierno no mercantilice la educación, reclamando que hay clases superpobladas, acompañadas con reclamos de infraestructura y salarios.

Con el tránsito hacia la nueva forma de capitalismo "el capitalismo financiero", el trabajador pasó a valer menos en el mercado de especulaciones. Es decir, hasta entonces el trabajador era la mano de obra necesaria e indispensable, y por ello tenía gran poder de negociación frente al poder de sus patrones con sus edificios y máquinas. En 1973 Estados Unidos se enfrentó al mundo, se autoproclamo potencia mundial, y fijó las nuevas reglas del capitalismo mundial. Por eso no podía correr riesgos, justo en ese momento, con la amenaza de la propagación del comunismo de Cuba, o el comunismo democráticamente electo en Chile. Ese es el porque de las dictaduras en Latinoamérica. Estados Unidos sometió a los países de Latinoamérica para servirles en consolidación como potencia mundial. El precio de su victoria fue la crueldad con la que millones murieron acá, en los demás países, pero también es la condena que sufrieron todas las clases, etnias y razas marginadas en Estados Unidos: El Estado-cárcel, que llegó a tener a un cuarto de su población presa.

Luego de los golpes de Estado, el sindicalismo se renovó y en Uruguay se levantó con la misma fuerza que se levantó la nueva izquierda democrática del Uruguay. Y se fue fortaleciendo, en un proceso que cambió completamente la naturaleza del sindicalismo en el Uruguay. Primero porque todos los militantes de izquierda había sufrido por periodo de traumática dictadura militar y el miedo queda en el cuerpo. Segundo, porque el capitalismo cambia de forma, de forma demasiado acelerada como para que podamos entender hacia dónde va la cosa, y por eso el sindicalismo se tuvo que ir adaptando, negociando, interviniendo hasta donde le daba la fuerza, conquistando nuevos derechos, y dejando de lado otras reivindicaciones. 

La metamorfosis

Luego de la llegada del frente amplio, con un sindicato unificado y fortalecido, fue que comenzó la metamorfosis.

En primer lugar, la perdida de legitimidad del sindicalismo se explica por su apoyo al progresismo selectivo del Frente, pero además porque la ilusión del progresismo debilitó el sindicalismo, porque lo verticalizó, y los amigos de los políticos pasaron a conformar una nueva clase sindical burocrática. La dirigencia autocrática que ponía los intereses de los trabajadores de Montevideo por sobre los del interior, y a algunos trabajadores por encima de otros en la toma de decisiones, quitó muchísima legitimidad interna.
Luego, la desilusión que provocaron las evidentes contradicciones del rumbo de frente amplio dejó al sindicato en una situación donde sus espacios de negociación estaban restringidos, porque se encontraba en el mismo barco del partido. Las consecuencias que comenzó a traer la exitosa política financiera de Astori, servil a las multinacionales, a los bancos, y las industrias europeas, pero que dejó a Uruguay bien parado en los mercados internacionales, y por eso el país le va bien en materia de liquidez, porque lo perdió en materia de soberanía. ¿Y donde queda la clase trabajadora en esta ecuación? Son parte de la soberanía que se pierde. Para ser serviles a las grandes potencias, tanto el sindicato como el partido tuvieron que abandonar toda pretensión de ser una amenaza al sistema productivo, y defender su cada uno su lugar en este tren descarrilado.

La constante pérdida de puestos de trabajo en todas las cadenas de exportación sucede a pesar de las exponencialmente crecientes exportaciones de materias primas hacia europa. Durante los ultimos años, la infraestructura legislativa y maquinaria, que había sido preparada por los gobiernos de la post-dictadura, se puso en marcha con el recién llegado frente amplio, reportando unos indices de saqueo de bienes naturales, que tuvieron su auge en 2012. En 2013 el ecosistema estalló con una explosión de cianobacterias en todo el país. Desde entonces la socialización de los costos que implica para el trabajador la contaminación del agua, marcó el camino hacia la privatización que se materializó en la modificación de la ley de riego en 2017, donde los trabajadores de FFOSE, se organizaron en torno a la tarea que les toca para con el pueblo. Porque históricamente el sindicato es pueblo, y tiene un compromiso con el pueblo, con la gente. En el caso de FFOSE era el de defender el agua, porque es un recurso vital y debe gestionarse públicamente. En ese caso, la dirigencia del Pit-Cnt saboteó, y cuando hago esta acusación me refiero a que no informaron a sus trabajadores, no acercaron trabajadores a la campaña, no juntaron firmas, no acompañaron la campaña mediáticamente.

Al haber abandonado el Pit-Cnt las luchas de sus sindicatos más pequeños y a las luchas sociales que tenían que ver con los trabajadores rurales, porque estaban ocupados atendiendo las burocracias y negociaciones que les exigían la lucha por la plusvalía de cada sector, unos sectores mayoritarios que otros, es que algunos sectores tomaron fuerza con el progresismo, mientras que otros sectores se fueron desagregando y vaciando. El Pit-Cnt fue perdiendo legitimidad a medida que apoyaba en su discurso a un proyecto desarrollista que tenía la esencia liberal del banco de desarrollo, que es a su vez parte del Banco Mundial y son instituciones de dominación.

Hacia el futuro. 

Hoy 2021, nos encontramos frente a una coyuntura marcada por lo político-partidario, en un país sumamente partidista (que vota a un partido más que a un candidato), donde la culpa se distribuye entre quienes gestionan el presupuesto y el negocio que supone el Estado.

En este contexto, las tendencias al teletrabajo, trabajo free lance y todo tipo de formas de precarización laboral, se aceleraron de repente, en un arremetimiento masivo contra los derechos de las personas, les trabajadores y donde el proyecto liberal de todos los partidos políticos, se acomoda al coronavirus de forma que mejor le conviene, y se desbarata a la clase trabajadora, porque se le aísla, se le separa, se le impide organizarse, porque ahora el plan del estado es que nos centremos en lo económico, y dejemos los derechos de lado. 

La clase obrera, de una corriente más leninista, tenía claro que para que los obreros se volvieran una potencia local, la industria de la localidad debía de crecer. En el caso de nuestro país, el plan era la industrialización: Así Uruguay controlaría su cadena de valor, produciendo las materias primas y procesándolas en industrias, para vender productos de mayor valor agregado. Entonces, en un gobierno socialista donde las riquezas se dividen equitativamente, se supone que las riquezas que adquiere el Estado a base de la industrialización, se distribuirán o derrocharán entre toda la población local y nacional. Lo que ocurre es lo contrario, pues las industrias que invierten son extranjeras y se llevan las riquezas a los países ricos, y la industrialización finalmente es un chamuyo, porque las máquinas están en Europoa y USA, y nosotres tenemos el papel de enviarles materias primas. A nosotros nos venden las cosas que a ellos les quedan viejas.

Pero si tenemos la energía, la tierra y a la gente, con tremendo bocho. ¿No podríamos la gente de acá, producir nuestro propio periodismo? ¿ Nuestra propia prensa, nuestras propias radios, nuestra propia agruicultura y nuestra agronbomía, para nuestra gente? ¿Nuestra propia industria, local, con lo que necesitemos? ¿Nuestras propias redes sociales, nuestro propio internet, nuestros contenidos, aunque siempre en conexión con los contenidos que se publican en todo el mundo? Es una posibilidad que solo quienes no conocen las capacidades de les compas que les rodean, pueden negar. 

En esos términos, el papel al que queda relegado el trabajador en los países periféricos como Uruguay, es al de ser un servidor en servicios de contabilidad, atención al cliente, soluciones técnicas, ventas, ser un comerciante con capacidad de pagar impuestos y autoabastecerte, o en el mejor de los casos exportar, trabajar para alguno de los oligopolíos de exportación de materias primas e importadores de tractores y vehículos, o en el rol más honesto de proveer a la gente de lo que necesita en pequeños mercados.

El sindicalismo del futuro es post-apocalíptico, y el fetichismo de la derrota el anclaje al pasado que sostiene el discurso sindicalista así lo apunta. Pues así como el capitalismo financiero logró dejar a un lado al trabajador, en una posición marginal para la negociación, el progresivo avance de la los servicios de inteligencia electrónica y tecnificación de la producción, las personas son cada vez menos necesarias, pues las máquinas cosechan, las máquinas procesan, y las máquinas realizan las tareas administrativas y de contabilidad. 
El trabajador es una pieza cada vez menos indispensable porque ahora solo se necesitan operarios, que hagan funcionar a las máquinas.

La clase trabajadora, va hacia un camino sin salida, hacia un futuro donde la ciudadanía en su totalidad, cada vez importa menos, porque las maquinas hacen todo, y solo son necesaries operaries, y claramente unas fuerzas policiales que cuenten con el 50% del presupuesto nacional, para que nadie interfiera. Por eso se prepara en Uruguay una gigantesca infraestructura para grandes exportaciones, a medida que se eliminan rubros enteros de un plumaso, y cada vez hay menos sindicalistas porque hay menos laburo. Y el sindicalismo se resignó a eso, hacia la tecnificación: Se imaginan un obrero teniendo que reclamarle algo a una computadora.

Al abandonar el trabajador la dimensión ética que implica cuestionarse para quién trabajo, a quién beneficio y a quiénes les hago daño, para ponerse por delante valores patriarcales y capitalistas asociados al progreso, desarrollo, consumismo, mayor salario, poder político, quedando el sindicato involucrado e introducido en la disputa por sus derechos dentro de la cadena productiva, pero sin cuestionar a la misma, ni participando en la planificación estratégica, pues la agenda de Uruguay, no la deciden ni los partidos ni la clase trabajadora: la marcan desde afuera. En ese mambo, el movimiento sindical ha sido incapaz de desarrollar su propio proyecto de país, priorizando de igual manera a todos los trabajadores de diferentes rubros y maneras, y tratar de impulsarlo. Y se dejan llevar por las traicionera mareas del capitalismo global. 

Eso no significa que el sindicalismo aún no sea un grupo de presión fuerte, pero su posicionamiento frente al pueblo se ha limitado a acompañar la oposición al gobierno de Lacalle y a un asistencialismo propio de los progresismos latinoamericanos, y lineamiento estratégico del plan del Banco Interamericano de Desarrollo para prepararse para el vaciamiento de nuestro país. 
Si la clase obrera se verá debilitada gravemente si no aprovecha que aún está despierta y en lucha, y desafía al modelo productivo que le llevará al desmembramiento progresivo de la herramienta. 

About Achará Cuerpo-Territorio

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