Desde el año 2017, en Uruguay se viene realizando de forma ininterrumpida un encuentro de lesbianas, mujeres, trans y no binaries. Un encuentro que Sofia describe como "un espacio donde nosotres podemos experimentar la libertad". Un encuentro que no puedo llamar por su nombre, porque tuvo muchos. Por eso, para poder entender la magia de este acontecimiento y su verdadera potencialidad, entrevistamos a Sofia Taranto, feminista autónoma que tuvo la oportunidad de participar del desarrollo y la materialización de esta idea desde sus comienzos.

Encuentro de Mujeres 2017: EMU - Foto: Rebelarte.
¿Cómo surge el EMU?
En 2016, varias compas nos juntamos con la intención de viajar a Rosario, donde se realizaría el 31° Encuentro Nacional de Mujeres de Argentina. Hicimos ferias, cines foro, varieté, todo para poder juntar la plata que necesitábamos: Al final, terminamos saliendo en dos bondis llenos de compas que quisieron ir al encuentro que se hizo en el país vecino.
Estos encuentros nos transforman, hay algo ahí que te cambia. A la vuelta nos problematizamos sobre la dificultad de tener que ir hasta Argentina para poder encontrarse con otras mujeres. Mientras acá también había la posibilidad de poder juntarnos e invitar a las vecinas, a nuestras compas, amigas, sin necesidad de tener que cruzar la frontera para participar de una instancia de encuentro entre pibas.
Les compas que fuimos a Rosario, decidimos poner la plata que nos sobro en el viaje, y que habíamos juntado nosotras mismas, para realizar un encuentro acá. La autogestión fue uno de los principios del Encuentro desde siempre. Para la realización del primero, que sería en Montevideo en el año 2017, seguimos realizando eventos, bailantas, ferias, varieté, etc. Luego también recibiríamos apoyo de numerosos colectivos y sindicatos.
Para organizar el encuentro, se abrió un llamado abierto para participar de la organización. Y se podría decir que ahí inauguramos el 2do principio, el de la apertura. Cualquier piba o disidencia interesade en participar de la organización del evento, podía participar y ayudar desde donde lo deseara.
Así fue como en 2017 ocurrió el Encuentro Nacional de Mujeres (E.M.U). Habían varias comisiones, la de comunicación, logística y finanzas, programa. Habían lugares para alojar a las compas que venían de lejos, compas que ofrecían sus casas, por ejemplo, y nadie alquilaba nada. Estaba todo planeado para que les compas pudieran venir, comer, estar, porque el objetivo era el encuentro en sí mismo. Más que un objetivo u obligación, era un deseo. Una necesidad de juntarse y un deseo de construir desde el lugar que cada une de nosotres lo siente.

En el EMU también intentamos que estuvieran las mujeres privadas de libertad y por ello nos contactamos con la cárcel n°5 para invitar a las compañeras. Luchamos todo el tiempo porque ellas pudieran ir al encuentro, y cómo no logramos que las dejaran participar, previo al E.M.U, decidimos realizar un encuentro dentro de la cárcel para poder escuchar también las voces de aquellas mujeres. Luego, al inicio del EMU y durante toda el encuentro, nos dimos el tiempo de escuchar lo tenían para decirnos, con la intención de que también estuvieran presentes.
El evento contó con talleres, con feria, arte y le dimos una gran importancia a lo cultural y lo artístico. Para resolver cómo serían las rondas de discusión, realizamos una lista de los aspectos que nos atraviesan en nuestras vidas, y fuimos generando categorías que hicieran referencia a las problemáticas a las que las mujeres y disidencias nos enfrentamos cotidianamente. Se armaron 21 rondas, atendiendo a todos los aspectos de la vida, más allá de lo que a cada una creía que le podía interesar: el territorio, la educación, la salud, la maternidad (en el caso de cuerpos gestantes), la comunicación, la sexualidad, entre muchas otras. Nos permitimos construir desde lo que sentimos, sobre lo que necesitábamos hablar y sobre lo que sentíamos que teníamos que construir para nuestro futuro.

Más de 1000 mujeres y disidencias participaron del E.M.U que sucedió en los edificios de las facultades de humanidades, psicología, sociales y bellas artes, y luego, en la plaza Independencia, previo a la marcha de daría cierre al encuentro, se realizó la primera asamblea, donde se decidiría el lugar para el segundo encuentro. Se postularon compas de Canelones, Salto, y finalmente mediante consenso se decidió que la próxima sede fuera Maldonado.
Autonomía y horizontalidad son los otros dos principios. Desde el vamos, la primer comisión organizadora lo proyectó al E.M.U como que sería un primer encuentro de potencialmente, muchos más. Entonces desde siempre, sabíamos que el próximo encuentro sería organizado y realizado por compas diferentes, en cualquier parte del territorio. Previmos cómo se iban a traspasar las actas y el dinero a "la próxima generación". Era un encuentro que era una semilla que iba a crecer, autónomo, creado desde la diversidad.

El principio de Autonomía lo definimos previendo la posible injerencia de organizaciones externas a la asamblea, que es abierta y se realiza una vez por año, antes de la tradicional marcha que realizamos para dar cierre al encuentro. La horizontalidad, significa que más allá de las personas que participen, no va a haber nunca jerarquía. Ningune de nosotres puede tomar decisiones por encima de otres. Una de las prácticas que justamente no realizamos es la de votar, sino que optamos por generar consensos.
Lo que hacemos es una construcción política y a veces se cuelan intereses, hay discusiones fuertes, pero lo que tiene de bueno es que eso nos ayuda a crecer y a fortalecernos. Los conflictos siempre se han sabido resolver debatiendo, y si en una asamblea no se resuelve todo, y si no hay consenso en algo, no es que vaya a ganar la voz más fuerte. No nos apura nadie, y si discutimos un tema importante, aunque no se llegue a un acuerdo, no nos vamos a pelear, que es la forma patriarcal de resolver los conflictos.





Hubo una marcha que fue desde el camping hasta la Rambla de Piriápolis. En la asamblea previa a la marcha, varios grupos de compañeres se ofrecen para organizar el próximo. Entre ellas, varios grupos de compañeres del norte, por lo que se consensuó realizarlo en Paysandú.

Al finalizar el encuentro, en la Asamblea de Paysandú, se decidió que el encuentro también debería declararse Antirracista y Apartidario. Que ya lo era, pero el hecho de ponerlo por escrito le da otra identidad al encuentro.
Se volvió a consensuar un cambio de nombre para encuentro del año próximo: En el 2020 se realizaría el Encuentro de Mujeres, Lesbianas, Trans, y No Binaries en Uruguay, en Canelones (EMLTNBU). La inclusión de "NO BINARIES" da lugar a la inclusión de otras identidades que no se identifican con la identidad de Mujer, Lesbiana ni Trans. El "del Uruguay" se cambió por "en Uruguay".
Varias compañeras de Canelones se mostraron con pila de ganas de hacerlo allá, y en la organización del EMLTNBU participaron mujeres de todo el departamento. Finalmente se realizaría en Costa Azul, Canelones.
Aunque no pude participar de este encuentro, su particularidad fue que tuvo que realizarse en una situación de incertidumbre provocada por la precarización de muchos aspectos de nuestra vida, en función de lo que el estado llama pandemia. Esto sirvió para justificar una mayor presencia policial, e incluso la irrupción de policías en el camping de FUCVAM, donde se realizó el encuentro.

En la Asamblea de cierre, les compas se tomaron un tiempo para dialogar sobre la incomodidad que nos genera la presencia policial en nuestros encuentros. En el encuentro de Paysandú ya fue más evidente la presencia policial pero en el EMLTNBU fue una situación más invasiva. En el EMLTNBU fue la primera vez que no se pudo hacer marcha. Se resolvió realizar la asamblea sin movilización por un criterio de autocuidado.
Esta vez tampoco se pudo decidir la sede del encuentro de este año (2021), pero de todas formas se decidió generar una mesa que vele por la continuidad del evento, integrada por les compas de la comisión organizadora del EMLTNBU en Canelones, y que después se fue abriendo a les compañeres que participamos de la organización de los otros encuentros.

Logo del EMLTNBU, 2020.
Sin embargo, lo que hay que destacar es la valentía que pusieron les compas para que el encuentro se pudiera realizar y salir adelante tan vigorosamente como los años anteriores, con el mismo aguante. Siguen necesarios los espacios de encuentro y esa construcción comunitaria que venimos realizando desde hace 5 años, de forma ininterrumpida. Es importante que bajo ninguna circunstancia se pare esa instancia colectiva, donde nos vamos a transformando y transformamos lo que nos rodea.

La apertura, que es lo más difícil de transitar, la vamos trabajando en la labor cotidiana de aceptar nuestras diferencias y confiar en les compas. Estos encuentros son como una especie de ensayo de cómo nos gustaría vivir. En estos encuentros experimentamos una libertad, que no es la que tenemos todos los días, y es una oportunidad de practicar cómo nos gustaría organizarnos, dialogar y vivir. Eso se traduce en vivir sin jerarquías e imposiciones, conversando los conflictos en una situación auténtica de apoyo mutuo. LE EMU-EMTLU-EMLTNBU, es un proceso, está viva y es libre.
Sofía acompañada de "La furiosa Batucada" en la marcha final del primer E.M.U
Foto: Lucía Cóppola.
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