Las autoridades del la Dirección General de Servicios Agrícolas (DGSSAA), perteneciente al Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP), comunicó a los representantes de la Red de Agroecología del Uruguay (RAU) que la certificación participativa de productos agroecológicos, se cancelará, y que a partir de ahora, la certificación pasará a orbitas del Ministerio.
La certificación de la RAU ofrece a sus productores, una certificación que se realiza con la participación de productores regionales, técnicos especializados, distribuidores y consumidores. Hasta ahora, ha sido la única certificación participativa avalada por el ministerio y que lleva en funcionamiento 13 años.
El miércoles 14 de Julio, representantes de la actual Asociación Certificadora de la Agricultura
Ecológica del Uruguay (ACAEU), de la Red de Agroecología del Uruguay (RAU) fueron citadas por la institución estatal. Allí el MGAP les comunicó que estatizará la certificación "orgánica/ecológica/ biológica".
El día siguiente la ACAEU-RAU emitió un comunicado para informar sobre "este triste suceso" que habilita al ministerio a brindar certificaciones a quien le parezca, sin ningún organismo de contralor que pueda garantizar al consumidor que la certificación no sea un arreglo político entre el Estado y la empresa, dejando al consumidor totalmente vulnerable a exponer su salud a agrotóxicos dañinos, o al consumo engañoso de productos que supuestamente son agorecológicos, de empresas cuyas practicas son contaminantes para el medio ambiente, y que no cumplen ninguna exigencia en materia ética (como el comercio justo).
Hace aproximadamente un mes, el periodista Hebert Dell’Onte junto al Ing. Eduardo Blasina (Presidente de la "Comisión Nacional de Agroecología"), comenzaron una campaña contra la certificación orgánica de la RAU, en el portal digital "LA MAÑANA.UY", donde publicaron 3 artículos entre los días 25 y 30 de junio, mientras que en el Estado se escribía un informe que señalaba que la RAU tenía que irse.
Al respecto de esta campaña se critican aspectos jurídicos, como que la RAU no tiene personería jurídica, aunque sí la tiene la ACACEU, lo que invalida al argumento y lleva a darnos cuenta que Blasina no tiene claro el concepto de RED y la importancia de la generación de redes, que justamente son necesarias para satisfacer a través de la ayuda mutua las necesidades que no satisface la institucionalidad. Otros argumentos tienen que ver con la supuesta falta de "idoneidad" de las personas que pertenecen a la red de agroecología, cuando lo que plantea Blasina es llevar la agroecología a la ganadería, y orientarla hacia la exportación. El ingeniero agrónomo, ignorando los objetivos de la organización que representa a los productores familiares, pretende enmarcar el trabajo de estos productores en una lógica que poco tiene que ver con la producción familiar agroecológica. Pues la misma se orienta a la distribución de alimentos de calidad a las poblaciones locales y territorios cercanos, y tiene un proyecto de desarrollo y horizonte de sociedad absolutamente diferentes, a una visión que plantea la exportación de alimentos caseros, a través de embarcaciones hacia los paises de primer mundo, reproduciendo lógicas de degradación de la vida y desigualdad social.
En el caso de la empresa multinacional UPM, por ejemplo, la misma declara producir miel "orgánica". Sin embargo, la empresa no ha podido acceder a la certificación nacional de la RAU. La empresa cuenta con una certificación del PEFC, cuyas siglas en inglés significan "programa para el Apoyo a la Certificación Forestal": Se trata de un programa privado de una "ONG independiente". Es decir, la industria forestal y sus apicultores asociados, inventaron su propia certificación de "miel de origen forestal sostenible" para llevar adelante una campaña de lavado de imagen de las empresas UPM y Montes del Plata.
A pesar de qué es cierto que la miel es un producto de origen animal y que el ministerio no habilita a la RAU para certificar miel, tampoco la inhabilita a hacerlo. La organización viene realizando una certificación independiente, que brinda absolutas garantías hacia los consumidores porque el proceso de certificación involucra a diferentes partes, lo que garantiza que no hayan conflictos de intereses.
Para complejizar la situación, el nuevo ministro del MGAP, el colorado Eduardo Mattos, fue presidente de la fundación UPM, Organización Social financiada por la empresa multinacional UPM, como estrategia de Responsabilidad Social Empresarial. El mismo jueves 15 de este mes, trabajadorxs de la educación comenzaron a hacer circular un video, donde un padre expresa su indignación frente al libro que le regalaron a su hija en la escuela, titulado "el sorprendente mundo de la forestación", una publicación de fundación UPM que es distribuida en las escuelas actualmente.
UPM ha participado de la educación publica y privada, desde su llegada a Uruguay, a través de su fundación pero también a través del financiamiento a programas de otras ONG.
Ahora, UPM es solo un ejemplo de los clientelismos que pueden surgir de la gestión de un ministro que ha construido su carrera siempre en representación de la oligarquía ganadera, en el marco de un gobierno conservador, pero que parece abierto a negociar las posibilidades de integrar la forestación con la ganadería, a través de la promoción del "silvopastoreo", un concepto de creciente popularidad entre los profesionales que trabajan junto a las empresas y el Estado. De esa manera, el oligopolio imperialista (porque no paga agua, ni impuestos) podría integrarse a la actividad tradicional del campo uruguayo: el ganado a cielo abierto de grandes oligarquías locales.
El hecho de que el MGAP haya decidido eliminar una de las pocas posibilidades de participación real de la sociedad y productorxs, evidencia la necesidad del ministerio de Mattos de flexibilizar las exigencias para acceder a la certificación orgánica. Esto posibilitaría al ministerio a certificar procesos no agorecológicos como si lo fueran, brindando a grandes empresas, monopolios y multinacionales certificaciones truchas, avaladas por políticos clientelistas.
Y en una situación de pandemia, donde la institucionalidad ha decidido seguir exponiendo a la población a alimentos ultraprocesados, que ha dado la espalda al ministerio de colonización (nuevamente), condenando a un montón de gente al asinamiento en ciudades contra su voluntad, y a la voluntad de las empresas farmacéuticas (con historiales genocidas en numerosos paises), que ni en esta situación excepcional mundial, son capaces de revelar las formulas de las vacunas que están distribuyendo a todo el mundo: En esta situación donde la ciencia pierde legitimidad y la gente parece acercarse a otros paradigmas cosmológicos, esta decisión de poner en manos de "los científicos del gobierno", pagos por el gobierno para que digan que sí, no brinda ninguna garantía a la población.
Marcelo Cabrera.
Fuentes:
Comunicado oficial de la Asociación Certificadora de la Agricultura Ecológica del Uruguay (ACAEU) - Red de Agroecología del Uruguay (RAU).
https://www.lamañana.uy/agro/denuncian-irregularidades-en-la-certificacion-de-productos-organicos/
https://www.lamañana.uy/agro/blasina-el-plan-de-agroecologia-debe-ser-inclusivo-laico-y-basarse-en-la-ciencia/
https://www.lamañana.uy/opinion/irregularidades-en-la-certificacion-de-productos-organicos/
https://www.lamañana.uy/agro/en-uruguay-no-hay-certificadora-habilitada-de-productos-organicos-o-ecologicos/
https://www.elpais.com.uy/informacion/politica/fernando-mattos-designado-nuevo-ministro-ganaderia.html#
http://www.pefc.com.uy/noticia/69/miel-certificada-pefc
http://www.pefc.com.uy/empresas-certificadas
https://www.upm.uy/prensa/todas-las-noticias/2019/06/miel-sostenible-el-futuro-de-la-apicultura/
https://www.upm.uy/prensa/todas-las-noticias/2020/05/apicultores-uruguayos-obtuvieron-la-primera-certificacion-mundial-de-cadena-de-custodia-de-produccion-apicola-con-origen-forestal-sostenible/
https://www.gub.uy/ministerio-ganaderia-agricultura-pesca/comunicacion/noticias/miel-uruguaya-certificada-pefc
Cómo se puede apoyarlos contra esta IGNOMINIA, que nos sigue sometiendo a todos en lo más básico: agua y alimentos. Y a nuestros niños, que son ADOCTRINADOS.
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